al recostarme en la butaca de mi mente
y protagonizas una historia en mi vida.
Caracterizas el personaje perfecto
de una obra de género desconocido.
Te observo
al recostarme en la butaca de mi mente
y profanas los dogmas de Cannes y Venecia.
Soltando mariposas marchitas
en una escena cuyo principio es el final.
Representación magistral de mis temores.
Te observo
al recostarme en la butaca de mi mente
y analizo cada toma,
cada ángulo,
cada palabra editada.
Por eso,
recostado en la butaca de mi mente,
te observo
y disfruto los
últimos cuadros
de esta cinta interminable.
Porque este argumento lo escribimos juntos
y eso acredita
que tu ausencia
con amor me acompañe.
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